Durante siglos, se creyó que la conocida como Mona Lisa del Prado no era más que una copia posterior de la célebre obra de Leonardo da Vinci. Sin embargo, en 2012, tras un exhaustivo proceso de restauración llevado a cabo en el Museo del Prado, se produjo un descubrimiento sorprendente: la pintura había sido realizada de manera simultánea a la original.
Las investigaciones demostraron que, mientras Leonardo daba forma a su enigmática Gioconda en Florencia, uno de sus discípulos —posiblemente Andrea Salai o Francesco Melzi, ambos miembros cercanos de su taller— iba replicando cada trazo y cada veladura sobre otro lienzo. Esto convierte a la versión del Prado en la copia más antigua y precisa de la obra maestra del Louvre.
La restauración reveló además un detalle oculto durante siglos. Bajo un repinte negro que cubría el fondo, apareció un paisaje idéntico al de la Mona Lisa original, con montañas, caminos y ríos que aportan profundidad y misterio a la escena. Este hallazgo no solo revalorizó la obra, sino que también ofreció a los historiadores del arte una ventana privilegiada para comprender mejor el proceso creativo de Leonardo y la dinámica de su taller.
Hoy, la Mona Lisa del Prado es considerada mucho más que una simple copia: es un testimonio único de cómo se gestó una de las pinturas más famosas del mundo, permitiendo ver con nuevos ojos el genio y la influencia de Leonardo da Vinci.
Foto y más info: https://www.elmundo.es/la-lectura/2024/05/28/664cbb7321efa0144f8b4577.html
 
 


 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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